Amor entre letras

Mi vida está llena de hermosas causalidades, de épocas conectadas, de diamantes que solían ser piedras. Y entre todo eso, algo de mi niñez, que simbólicamente marcó mi actividad actual de escribir y sobre lo que no recuerdo haberte contado. Se trata de lo siguiente:

Mi papá (Luis Alberto, q.e.p.d.) no conoció ningún libro mío, de hecho se enteró de ellos cuando falleció. Sin embargo es como si toda mi vida me hubiera preparado para escribir. Cuando cumplí 8 años me regaló en hermoso estuche y marcada con mi nombre, mi primera pluma fuente o estilógrafo (como le llamamos en Colombia). Yo estaba encantada, escribía con la pluma en todos los papeles que encontraba y en todos lados de la casa.

Cuando cumplí nueve me regaló una pluma antigua, de esas que son plumas en verdad y que hay que ir introduciendo en un tarrito de tinta para poder escribir. Así llevaba a cabo mis tareas y mucho más.

Entonces me acostumbré a escribir con ellas, de modo que prácticamente soy coleccionista de plumas con las que siento un flechazo desde la primera vez. Aunque no tengo una hermosa letra, siempre espero una tinta uniforme y oscura, trazos perfectos y una fusión de suavidad y firmeza

 

*Sitio web administrado desde el 28 de octubre del 2019 por Sofía Córdova compañera de vida de Vivi Cervera

Cuando mires hacia atrás, que sea solo para decir: Gracias. Porque todo lo que viviste, ahora es una gran experiencia, y gracias a ella nunca volverás a actuar como en el pasado.

Como ya sabes, los seres humanos nos la pasamos viajando al pasado para ver si podemos cambiarlo, lo cual no es posible, pero el acto de volver una y otra vez al pasado es algo que simplemente sucede y por eso lo experimentamos, y pocas veces nos acordamos de decirle gracias a ese pasado. Gracias a ese pensamiento que apareció de repente. Gracias a ese pensamiento sobre la imagen de alguien. Gracias a esa sensación y a todo eso que necesita cariño porque en gran medida ha contribuido con nuestro crecimiento, y experiencia de vida.

Es más, te lo voy a escribir gráficamente para que lo hagas.
¿Viste las esferas oscurecidas de la película (de nombre) INTENSAMENTE?, bueno, cuando miramos hacia el pasado hay eso mismo, un montón de esferas oscuras (memorias/pensamientos/recuerdos/creencias/programas), agrupadas como enjambres, que van rodando de una en una, o en grupo hacia tu conciencia, a cada instante. Y resulta que ellas solo quieren tu luz.
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¿Qué harás al verlas rodar hacia ti?
Amarlas, porque esa oscuridad de ellas, son lágrimas y pesares que no han sido integrados. Amarlas porque tu amor es tu luz.
Y también puedes decirles: GRACIAS a cada una.
Notarás que dejan de ser oscuras, que se les enciende una luz por dentro y se les nota su verdadero color, y hasta una sonrisa, y se funden en el éter de donde vinieron.

A este bello acto de agradecer (porque agradecer es un verbo, es una acción) le llamamos limpiar. Porque vamos desocupando la acumulación de esferas oscuras, y dejando espacio para que entre más claridad. Y requieres de la claridad para sentir felicidad, lo cual es tu anhelo final.

Algo importante: Si vienen hacia ti solo esferas de colores, iluminadas, y sonrientes, disfrútalas, y aprovéchalas.

Gracias por leerme.

 

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Acumuladores de recuerdos

Acumular cosas que ya no utilizarás, y que no sirven, en casa, es algo que quita mucho espacio, tanto que la mayoría de las veces ni siquiera puede entrar la luz del sol. Aparte de eso pues vendrán a casa la suciedad, la imposibilidad de limpiar, y más problemas.

Bueno, de igual manera sucede cuando acumulamos sucesos, recuerdos, palabras, situaciones, ofensas, y más. La mente se llena de oscuridad, y parece que la luz no puede entrar por ningún lugar, pues no se ha hecho espacio para ella. Entonces aparece la enfermedad. La acumulación de enojo y resentimiento (principalmente), conlleva culpa, y de ahí aparece el síntoma, con todo lo demás.

La misión del síntoma es enseñarte a hacer espacio, enseñarte a limpiar. Y es entonces cuando tú, sin cansarte, y sin preguntar hasta cuándo, comienzas a perdonarte por completo. Entonces, comenzará a entrar la luz, y poco a poco, la vida misma irá mostrándote el camino.

Y la vida, maestra ella, te hablará de mil formas, hasta que te quede claro su mensaje. Una pista es que, ese mensaje se repite muchas veces a través de diferentes fuentes.

Por todos los juicios, enojos, resentimientos, miedos, y pesares, que he acumulado con el tiempo, me perdono amorosamente.

Gracias por leerme.

 

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Luchar, del verbo sufrir

Valoro la lucha, que en referencia a nuestro tema tiene que ver con el deseo irrefrenable de acabar con algo que sentimos que está mal, ya sea en cuestiones de salud, de relaciones, o de dinero. Y que también tiene que ver con el hecho de resistirnos a las cosas porque consideramos que hay que hacer algo, que hay que «moverse», que «hay que luchar porque las cosas no se dan solas», que «además Dios dijo ayúdate que yo te ayudaré».

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Cuestiona lo que piensas. Enciende una luz.

Somos conciencia, somos destellos de luz, somos lo que pensamos, y por eso es importante lo que aceptamos como cierto, y lo que dejamos ir como falso, desde nuestra mente. Todo es en nuestra mente, pues ahí se juega el juego de la vida.

Resulta que leí un comentario triste que decía: «En esta vida nada es gratis Vivi.», y me dije: cuánto sufrimiento podría haber dentro de la mujer que lo escribió, y cómo a alguien que tiene esta certeza, la vida le puede cobrar hasta por sonreír. Es por eso que me nació escribir esto.

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