«La enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza por curarte.»
—Carl Jung
Qué palabras tan sabias. Y qué comprensión tan profunda del alma humana, la cual amplío de manera que el proceso de aceptación te sea sencillo.
«La enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza por curarte.»
—Carl Jung
Qué palabras tan sabias. Y qué comprensión tan profunda del alma humana, la cual amplío de manera que el proceso de aceptación te sea sencillo.
Hay una canción que me gusta mucho, es de Aretha Franklin y se llama «Rezo una oración por ti».
Desde el momento en que me despierto
Antes de ponerme el maquillaje,
Rezo una pequeña oración por ti.
Mientras me peino,
Y me pregunto qué vestido ponerme ahora,
Rezo una pequeña oración por ti. ♫
Perdonar nos hace fuertes. Pedir perdón nos hace inmunes. Saber que no hay nada que perdonar nos convierte en el amor. En luz.
La mayoría de seres humanos en algún momento de nuestra vida nos hemos visto envueltos en palabras que no hemos dicho, en palabras no pronunciadas, en mensajes guardados, en secretos.
Los secretos no son algo exactamente tuyo. Están relacionados contigo pero vienen bajando a través de tu árbol familiar. Alguien hizo silencio respecto de algo, y tú lo revives a través de tus propios asuntos para poder corregirlo.
Toda «enfermedad» calificada como grave es causada por un suceso impactante e inesperado, que se vive de forma dramática, y a solas (la persona siente que no puede o no debe compartirlo). Hamer (Nueva Medicina Germánica)
En alguna ocasión, una amiga me comentó que su niña había regresado con una bolsa inmensa de dulces recogidos en las fiestas de halloween. Y ella pensó que la niña se comería una gran cantidad de ellos y que eso le haría daño, por lo que le sugirió: «No quiero ver ni un solo dulce en esa bolsa, a ver si puedes comértelos todos esta noche!». A lo que la niña naturalmente respondió: «No puedo mami, son muchos». Y comió de forma moderada.
Hay un placer oculto en mantener cerca todo aquello que deseamos dejar ir, pero que no se va. Y es necesario decírnoslo. Hay un placer oculto, que disfruto inconscientemente en el hecho de que mis relaciones no funcionen. Hay un placer oculto o un beneficio escondido en el hecho de que mi salud no mejore. Hay un placer oculto en que ese dinero que espero no llegue. Hay un placer oculto en todo lo que no me sale bien.
¿Y cuál es ese placer oculto?
¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Hace varios años escribí un microcuento que le gustó mucho a las personas, dice así:
«Había engordado mucho // ¿La causa? // Se había tragado muchas palabras.»
«Tragarse las palabras», expresión que significa: tragarse la ira el enojo, la impotencia, la frustración, entre otras emociones.
«Donde quiera que estés, en cualquier situación o circunstancia, siempre lucha para ser un amante, un apasionado amante.» (Rumi).
Eso. Ser una amante de todo lo que percibimos. Esa es nuestra fuerza, nuestro valor, nuestro mérito, nuestro logro. Y lo que me parece más hermoso de la limpieza con las palabras: te amo, lo siento, perdóname, gracias, es que te convierte en esa amante apasionada de la vida, una amante impecable de lo que es. Aquello que siempre has anhelado ser. Sigue leyendo