Luchar, del verbo sufrir

Valoro la lucha, que en referencia a nuestro tema tiene que ver con el deseo irrefrenable de acabar con algo que sentimos que está mal, ya sea en cuestiones de salud, de relaciones, o de dinero. Y que también tiene que ver con el hecho de resistirnos a las cosas porque consideramos que hay que hacer algo, que hay que «moverse», que «hay que luchar porque las cosas no se dan solas», que «además Dios dijo ayúdate que yo te ayudaré».

Sigue leyendo

Las recompensas secretas

Hay un placer oculto en mantener cerca todo aquello que deseamos dejar ir, pero que no se va. Y es necesario decírnoslo. Hay un placer oculto, que disfruto inconscientemente en el hecho de que mis relaciones no funcionen. Hay un placer oculto o un beneficio escondido en el hecho de que mi salud no mejore. Hay un placer oculto en que ese dinero que espero no llegue. Hay un placer oculto en todo lo que no me sale bien.

¿Y cuál es ese placer oculto?

Sigue leyendo

Cómo mejorar tu diálogo interior

Una de las cosas que vamos desarrollando a medida que crecemos y a medida que pasa el tiempo es, a «protegernos» a través de pensamientos oscuros y dolorosos. La misión de estos pensamientos es precisamente prepararnos para lo peor, para que llegado el caso, lo peor no nos destruya. Lamentablemente no funciona así, porque lo que sucede verdaderamente es que cada pensamiento crea realidades. Cada pensamiento que está atravesando tu mente ahora te quita, o te da. Cada pensamiento que tienes ahora, hace una creación que en poco tiempo se podrá tocar. Los pensamientos negativos se vuelven objetos, seres, situaciones, conflictos, problemas. Y los pensamientos bonitos se convierten en regalos, por sí mismos y por lo que generan.

Sigue leyendo

Solo el amor sabe

Es tan humano y natural querer resolver nuestros asuntos pendientes a través del pensamiento. Es tan aparentemente lógico dedicarnos a pensar y a pensar y a pensar sobre cómo solucionar aquello que nos preocupa, que inconscientemente lo hacemos. Parece que tenemos tatuado que problema es igual a solución con exceso de pensamientos. Es automático. Pero ¿qué pasa en realidad? ¿puede el pensamiento arreglar las diferentes situaciones que vemos como un problema?

Sigue leyendo

Sé una amante de lo que es

«Donde quiera que estés, en cualquier situación o circunstancia, siempre lucha para ser un amante, un apasionado amante.» (Rumi).

Eso. Ser una amante de todo lo que percibimos. Esa es nuestra fuerza, nuestro valor, nuestro mérito, nuestro logro. Y lo que me parece más hermoso de la limpieza con las palabras: te amo, lo siento, perdóname, gracias, es que te convierte en esa amante apasionada de la vida, una amante impecable de lo que es. Aquello que siempre has anhelado ser.  Sigue leyendo

Nunca sentí la enfermedad hasta que tuve terror

El otro día una chica me escribió lo siguiente:

Ay Vivi me diagnosticaron en 2013 de esclerosis múltiple y nunca sentí la enfermedad hasta que tuve terror. Ahora espero una medicación y mientras, padezco de un vacío interno y tristeza. La biología de la creencia existe. Te amo. Te amo. Te amo.

Aquí mi respuesta para ella y para quien esté aprendiendo a dejar ir información, porque toda enfermedad, se presente como se presente está hecha de lo mismo: datos. Como en un programa de computador!. Así que vamos a ver algo sobre eso.

Sigue leyendo

Deja que la vida fluya

Antes de comenzar a escribir, antes de hacer lo que hago, había permanentemente un pensamiento/pregunta en mi mente: ¿Con qué derecho voy a enseñar algo si mi vida no está resuelta?. Y me agarré de esta pregunta por años, como una excusa oculta para no mostrarme, para permanecer allí donde todo parecía estar en calma. Mostrar las ideas que pasaban a través de mí, escribir sobre mis puntos de vista, publicar aquello en lo que creía y creo, me parecía tan inmenso, tan lejano, tan atrevido, tan distante de mí, que simplemente me creí esa historia. No tenía derecho a enseñar nada, si no tenía mi vida entera resuelta.

Sigue leyendo

Las 4 palabras que curan no se usan para pelear. Sino para conciliar.

Hace algún tiempo, en una publicación que hice sobre el aborto (la noche de las luciérnagas), una mujer comentó:

Vivi, no estoy de acuerdo contigo en tus opiniones sobre el aborto, creo que no somos quien para disponer de la vida de alguien.

Y agregó: Lo siento, perdóname, gracias, te amo.

Sigue leyendo