Siembra tus propias flores, mujer

Todos nacemos mujeres. En nuestras primeras etapas de vida, todos los seres humanos somos mujeres. Esto ya es algo que se ha dado a conocer ampliamente, así que espero que no te tome por sorpresa. Es alrededor de la sexta semana de gestación que en el feto surge, porque simplemente surge, el cromosoma que le permitirá desarrollar características masculinas. Pero en esencia y como identidad primigenia, todos los hombres llevan en la memoria del alma una mujer. Y viceversa.

En este mundo nadie es totalmente algo. Todo es relativo. Eso es lo que nos vuelve uno.

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Aquello no era un problema era un regalo

Si con algo ayuda el tiempo es con el hecho de enseñar. El tiempo nos enseña a vivir, nos enseña a mirar, nos enseña a clasificar qué es lo que verdaderamente importa. Es por eso que quizás las partes más importantes de nuestra vida, las que mejores personas nos hicieron, fueron aquellas en las cuales caímos, nos derrumbamos, nos herimos y casi que nos quisimos ir. Así que no cambio el tiempo que he vivido en este mundo, no cambio por ningún dinero mi experiencia.

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No tener hijos por Margarita Rosa de Francisco

«Desde niña tuve claro que no quería hijos. Cuando jugaba a las muñecas con mi hermana, el juego consistía en cambiarles los pañales, prepararles el tetero, cocinarles la compota, lavarles la ropita, pasearlas en el coche, bañarlas y de vez en cuando regañarlas para que hubiera algo de drama en esas historias que improvisábamos durante días a la sombra de un árbol de mate en el fondo del patio de la casa. Otro día, empezamos el juego ya embarazadas de nuestros maridos invisibles, hasta que dimos a luz un par de muñecas de pelo de nailon brillante y ojos abiertos para siempre.

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Autocuración

A pesar de que no sé cómo sanar, lo hago. Lo estoy haciendo. Simplemente lo hago.

Con estas palabras comencé mi taller en la Ciudad de México hace algunos años, porque el tema fue autocuración. Lo que en mi trabajo significa: curarnos a partir de las palabras. Porque como ya he escrito antes, una(s) palabra(s) que nos hirió,  causó todo eso que ahora nos incomoda, todo eso que llamamos enfermedad. Y si una palabra lo causó, otra de mejor vibración lo puede curar.

No puedo explicarlo mejor.

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Confía en Dios, pero ata tu camello

El título de esta entrada es un proverbio árabe, que como puedes ver, derrocha sabiduría. Y es lo que no me canso, ni me cansaré de decirte jamás, algo que estoy aprendiendo, y es: Juega el juego como es, de manera equilibrada, justa y humana para ti. Que si es justa y humana para ti, a todo nivel, lo será también para los demás.

¿A dónde voy con todo esto?

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El beso que no te di

Desde siempre me ha gustado la poesía, sobre todo esa que te hace ver el mundo como es, y no como te lo muestran tus sentidos. Esa que te dibuja hermosamente hasta tu última hora en este mundo. De hecho, al respecto Adonis escribió: «Tú que no amas la poesía, tu muerte no será bella». Y me fascinó. Y esa fascinación fue la que sentí al recordar hace un instante el luminoso verso de Dulce María Loynaz:

«El beso que no te di se me ha vuelto estrella dentro.»

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Autocuración y enojo. Cómo fundirlos.

Cuando se trata de sanar, queremos resultados en un instante, y muchas veces no tomamos en cuenta que la enfermedad (o sea ese conjunto de datos atrapados) tomó tiempo en formarse, que acumulando enojos, palabras, sentimientos y culpas, llegamos a un punto en el cual es importante bajar la guardia.

Ya sé que piensas que hay enfermedades que no dan espera, sin embargo debes expandirte a la posibilidad de comprender, que quien no da la espera es la que siempre piensa, la mente. Es ella quien no está dispuesta a darte el tiempo que necesitas. La voz que te dice ¡Estás grave! o ¡Vas a morir!, entre mil cosas más. Pero esto nunca es verdad, al menos no, como lo pinta la mente.

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Emergencias y 4 palabras que curan

En una ocasión me encontraba yo impartiendo una conferencia a la luz de las estrellas y las personas que habían asistido estaban sentadas en el pasto. Todo iba perfectamente hasta que una niña que estaba sentada en la primera fila, gritó: —Vivi mira detrás de ti, una culebra!!! para avisarme que detrás de mí había una serpiente muy colorida, como de 1 metro de largo. Como es de esperarse, de inmediato di un salto y me puse a salvo. La culebra se fue caminando pacíficamente lejos del lugar.

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Un doctor obtiene maravillosos resultados escuchando a sus consultantes

Si eres estudiante de medicina, médico o consultante, esto es para ti.

En mi opinión hay dos clases de médico: aquél o aquella que quiere curar realmente y aquél o aquella que desea trabajar, ganar dinero e irse a casa. Y hay dos clases de consultante: aquél o aquella que desea sanar realmente y aquél o aquella que por raro que parezca, necesita de la enfermedad para «vivir».

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31 cosas pequeñas que nos hacen felices

Hay algo realmente grande, inmenso, infinito en los actos o en las cosas pequeñas. Esta es una lista de las que llenan mi alma:

  • Los ocasos de colores.
  • Una taza de chocolate caliente en tiempo de frío.
  • La mirada dulce de quien te ama.
  • Las gotas de lluvia o un tibio rayo de sol en la piel.
  • Escuchar el romper de las olas en la playa.

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