Hace algún tiempo, en una publicación que hice sobre el aborto (la noche de las luciérnagas), una mujer comentó:
—Vivi, no estoy de acuerdo contigo en tus opiniones sobre el aborto, creo que no somos quien para disponer de la vida de alguien.
Y agregó: Lo siento, perdóname, gracias, te amo.