No tener hijos por Margarita Rosa de Francisco

«Desde niña tuve claro que no quería hijos. Cuando jugaba a las muñecas con mi hermana, el juego consistía en cambiarles los pañales, prepararles el tetero, cocinarles la compota, lavarles la ropita, pasearlas en el coche, bañarlas y de vez en cuando regañarlas para que hubiera algo de drama en esas historias que improvisábamos durante días a la sombra de un árbol de mate en el fondo del patio de la casa. Otro día, empezamos el juego ya embarazadas de nuestros maridos invisibles, hasta que dimos a luz un par de muñecas de pelo de nailon brillante y ojos abiertos para siempre.

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