Hace algún tiempo, en una publicación que hice sobre el aborto (la noche de las luciérnagas), una mujer comentó:
—Vivi, no estoy de acuerdo contigo en tus opiniones sobre el aborto, creo que no somos quien para disponer de la vida de alguien.
Y agregó: Lo siento, perdóname, gracias, te amo.
De su opinión, la primera parte, sin la segunda es perfecta. Ella está en su derecho de aceptar o no, lo que lee. Sin embargo fue la extraña fusión entre buscar controversia y a la vez intentar encontrar la paz. O lo uno, o lo otro. Entonces le dije algo que ella no sabía:
Tus palabras son mutuamente excluyentes (le dije). Por si no lo sabes, añadir las frases: lo siento, perdóname, gracias, te amo, a cualquier tema o escrito, solo significa que estás de acuerdo con eso, que agradeces eso, que lo incluyes, que concilias, que lo amas, que te arrepientes de lo primero que dijiste. No solo de boca, sino también de corazón. Así que, como haya sido, gracias por amar lo que escribo.
La mujer muy amablemente se disculpó.
—Añadí: Comprendo nuestras diferencias, tú tienes una escuela y yo otra, y ambas pueden coexistir. A mí, el camino me ha enseñado, que la vida es vida porque no tiene fin, porque jamás termina. A ti te enseñaron cosas diferentes. Es todo.
Ahí terminó nuestro diálogo.
Amo las 4 palabras que curan, las he estudiado. Y he vivido instantes en los que he experimentado enojo contra algo que he percibido, y como no he sido capaz de conciliar con lo percibido por cualquier programa que estuviera surgiendo en ese momento en mi mente, entonces no las he pronunciado. Y cuando lo he hecho, pues es a solas y con total consciencia de lo aprendido. No las he usado nunca como espada. Sino como puente. Cuando se me ha permitido.
Es que hasta para discutir hemos de ser honestos.
Estoy en paz con eso.
Pero casi siempre que noto que algo me molesta, con toda la apertura del mundo, las pronuncio, limpiando lo que surge. Pero ha pasado tiempo para lograr esto. No para todo el mundo es igual.
En síntesis, si las vas a usar como parte de un pleito, de un insulto o de un desacuerdo, mejor no las uses. Úsalas para conciliar o reconciliar en tu interior, úsalas solo cuando salgan de tu corazón, ya que así saltarán directamente al corazón del otro. Y si se las vas a decir a otro, que no sea para protegerte, sino para pedirle perdón sinceramente.
Para ser feliz, incluye. Inclúyelo todo. Que a eso viniste. En tu mundo, las cosas que no incluyas, excluidas quedarán. Y eso es un dolor que volverá.
Incluir viene de sentir, de perdonar, de agradecer, de amar.
Gracias por leerme.
*Sitio web administrado desde el 28 de octubre del 2019 por Sofía Córdova compañera de vida de Vivi Cervera
Gracias por estar ahí cuando te necesitaba , me has servido de inspiración ya que yo quisiera al igual que tu poder transmitir mis experiencias que son muchas y como con amor e podido
salir fortalecida.
Gracias de nuevo por tu tiempo por tu sinceridad.
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no entendi mucho esta explicacion,me confundi ,la voy a volver oir para ver si entiendo mejor,gracias,te amo
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