Miedo al futuro

El atraso de información en el que nos encontramos es tan asombroso, que decirle a la mayoría de la gente hoy en día, que lo que acaba con la vida humana repentinamente, no es la enfermedad sino el miedo, es prácticamente decirle que el elefante Dumbo existe. No lo pueden creer.

Y ese atraso de información en gran parte aparece porque siempre será más fácil mirar afuera para intentar sanar, que corregir adentro todo lo que le está haciendo sentir mal.

Hace siglos que Descartes -filósofo francés considerado el padre de la filosofía moderna, dijo:

«Mi vida estuvo llena de desgracias, muchas de las cuales jamás sucedieron.»

Fecha en la que murió Descartes: 11 de febrero de 1650.

En su tiempo, ya él hablaba sobre las ilusiones del mundo, que no significa que no existan, sólo que su base no es real.

De modo que estos temas sobre los cuales escribo, que a muchos les parecen tan novedosos y esperanzadores, el tema de las memorias y su presencia ilusoria, era conocido desde hace siglos. Tiene mucho tiempo en la tierra. No tenemos nada de qué asombrarnos. Sólo dejarnos enseñar.

Entonces podemos concluir que: todas las enfermedades que existen, todas, son mentales. Así que cualquier persona interesada en sanar realmente, de adentro hacia afuera, debe hacer el viaje completo, encontrar los medios, el camino hacia su sanación. El cual le será indicado por su corazón. El resonará con la información que el ser necesita. Porque es allí dentro donde está lo que no puedes tocar, lo intangible, las memorias, o causas de cualquier situación que nos molesta.

Va siendo hora de conocernos. Y digo conocernos porque yo estoy aprendiendo junto contigo porque amo el hecho de saber de qué soy capaz, qué tanto puedo hacer por mí, en qué sentido me puedo ayudar. Es por eso que hago lo que hago. Es tiempo de dejar de creer en las mentiras del mundo. Hay que desaprenderlo todo, soltar lo viejo, arriesgarnos a ser poderosos de adentro hacia afuera. Eso.

Cuando alguien te diga que toda enfermedad se cura desde adentro, creéle. Entonces presta atención a la información que llegue a tus manos. Si resuena en ti, úsala, léela, estúdiala. No deseches nada. Atención a la voz interior que te va guiando con la verdad.

Eso sí, cuando la información es para alguien, lo es. Cuando no, ni si se la entregan en sus manos la comprende. Por ejemplo, publico a diario en mis redes sociales, una o dos entradas de mi blog con respuestas de toda índole, dadas en su momento a lectoras y lectores. Sin embargo, estas entradas son leídas por el 10% de las personas que me siguen. Y curiosamente quienes no las leen, son quienes más preguntan. Y desean que en un comentario de Facebook escriba todo lo que he puesto aquí, lo que obviamente no puedo hacer. Eso es nada más para que te des cuenta de cuánto queremos sanar, que hasta a lo gratuito le decimos que no.

Espero no sea tu caso.

Si quieres sanar, entra en ti. Quédate adentro un buen tiempo. Te sentirás super bien.

Gracias por leerme.

 

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