Hace algún tiempo vi una película (Crash), en la cual una niña como de unos 6 años de edad, siempre le hablaba a su papá de que ella poseía una capa invisible que la protegía de todo y naturalmente el papá la escuchaba sonriente pensando en que eran cosas propias de la niñez. Pero la niña realmente creía en la capa y en su poder para hacerla invulnerable.
Resulta que en una ocasión, un hombre tocó a la puerta de la casa de esa familia y preguntó por el papá, el señor salió y como tenían asuntos pendientes, se formó una gran discusión. El visitante reclamaba algo que el padre de familia no estaba dispuesto a entregarle y comenzó una desagradable escena. Entonces de las palabras altisonantes pasaron a los hechos.
El hombre en cuestión sacó una pistola y apuntó hacia el papá de la niña, pero ella se dio cuenta de todo y cuando sonó el disparo ella saltó a los brazos de su papá para protegerlo.
El hombre se quedó mudo al notar que le había disparado a la niña y el papá con ella en sus brazos comenzó a llorar porque creyó que había muerto a causa del disparo. Pero no contaban con la astucia de la pequeña, quien se incorporó sonriendo, miró a su papá y le dijo: Estoy bien. ¿Viste? Fue la capa!
El papá sonrió.
Fin de la historia.
¿Fantasía? ¿Cuentos de la niñez? No sé qué pienses tú. Yo creo que así funcionamos aunque seamos adultos. Y solo hay una regla: La mente hace realidad aquello en lo que cree tu niñ@ interior, sin importar si parece fantasía o ficción. El niño interior no clasifica, no juzga, solo lo trae a tu realidad.
El caso es que ambos adultos se encontraban bajo el efecto de la firme y poderosa creencia de la niña. Es que entre creencias se hace el ensueño al que llamamos vida aquí en la tierra. La mente casi siempre tiene el control. Si crees que algo está mal, lo está. Si crees que está bien, está bien. Qué hermosa libertad.
Supongo que por esto, Borges escribió en El Aleph:
«Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y considerarme un rey del espacio infinito.»
Gracias por leerme.
*Sitio web administrado desde el 28 de octubre del 2019 por Sofía Córdova compañera de vida de Vivi Cervera
Vivi, en mi familia, mis Padres y hermanas usan anteojos para ver, leer, desde muy temprana edad. La unica que no usa soy yo. Cada vez que me preguntaban si yo usaba o necesitaba anteojos para ver, yo siempre respondia (sin estar consciente de la afirmacion): «No, yo soy la unica de la familia que no necesita usar unos, veo perfecto» Y hasta el dia de hoy con mis 38 anios sigo sin necesitarlos porque veo PERFECTO. Este es un excelente ejemplo de que el universo siempre respalda mi creencia.
Besos cosmicos para ti!
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si lo que tú dices hoy lo hubiera comprendido ayer no hubiera dependido de los anteojos por tanto tiempo, gracias Karine por tu mensaje.
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Gracias Angelica por tu comentario, me haces sentir especial. Carinos!
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Gracias Vivi por compartirlo. La pelicula se llama Crash y no me canso de verla. La capa se le había regalado el papá pues el tambien era muy miedoso y la usaba cuando era pequeño…
Gracias. Te amo
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GRACIAS VIVI, HERMOSO.
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gracias porque estos mensajes reafirman que lo invisible puede transformar la realidad que no queremos o no nos gusta. Un abrazo para ti, desde Temuco, Chile.
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.. Hermosa historia,hermosa moraleja,hermoso ejemplo,para todas las personas hermosas que leemos a la hermosa Vivi Cervera y al lado la hermosa Sofi…gracias!
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Gracias! Gracias! Gracias! Gracias! Este artículo llego a mi cuando más lo necesita! Que hermosa enseñanza. Soy tan feliz!!!
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