Si un «perro» te muerde

«Conserva tu dignidad. Si un perro te muerde, no muerdas al perro. Pero no dudes en ponerle un bozal.»

—Alejandro Jodorowsky

La frase citada es magistral porque puedes darle el giro que quieras y porque se adapta a cualquier circunstancia de tu vida. Se acopla fácilmente a lo que está sucediendo en ella. El perro representa a la interpretación humana, a las situaciones y obviamente a las memorias dolorosas que se cuelan a través de los demás seres humanos. Presta atención a mi interpretación:

Si un perro te muerde (si alguien te ofende, maltrata o lastima), no muerdas al perro (no respondas en la misma forma porque te estarás mordiendo a ti mism@). Pero no dudes en ponerle un bozal (no hagas eternas las ofensas, no perpetúes lo que te duele, acepta lo sucedido, perdona, hazte responsable de tu dolor, no pretendas que otra persona sane un dolor que es tuyo).

Si un perro te muerde (si a alguien no le agrada lo que publicas en tu propio espacio o sitio web), no muerdas al perro (no respondas con groserías porque irías contra ti). Pero no dudes en ponerle un bozal (perdona y deja marchar, pero sal de su vida, no tienes porqué tolerar maltratos por muy de tu memoria que vengan).

Si un perro te muerde (si alguien se comporta de forma ofensiva, absurda, hiriente, grosera contigo y no aguantas más la situación), no muerdas al perro (limpia en ti, di para ti: te amo, lo siento, perdóname, gracias). Pero no dudes en ponerle un bozal (hazte cargo de las consecuencias de quedarte. Pon límites o sal de ahí, sana tu alma lejos de lo que te daña). Hay situaciones que nos envuelven en círculos viciosos que es difícil romper, pero llega un momento donde el corazón grita: hazlo!.

Son tres situaciones similares. Permanecer en ellas llena de esperanza no es un error, es aprendizaje. Alejarte tampoco es un error. Sin embargo deberás afrontar los dolores de quedarte, de irte, o de borrar a alguien de tu vida. Todo encierra una enseñanza, por lo tanto es perfección.

Entonces si está en tus manos, pon un bozal. Usa cualquiera de las formas citadas o la que tú elijas, pero pon un bozal, que viene siendo lo mismo que poner un límite.

No tienes que caminar sobre las brasas o la candela para demostrar que eres espiritual. No tienes que demostrarle nada a nadie. Una mujer o un hombre hace lo que tiene que hacer en el momento que lo tiene que hacer sin que importe la opinión del mundo. Sólo cuenta lo que siente por dentro, sus motivos, sus necesidades, su amor propio, su dignidad. Y esto no es egoísmo, es comprender que cada vez que procedes con amor propio, tu mundo lo hace contigo, y tu mundo somos todos los que tenemos el placer de ser percibidos por ti.

Gracias por leerme.

 

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