Nosotras, las del mundo raro

Quiérete mucho, quiérete rara, loca, voluble, inestable. Ama lo diferente que eres porque en ese amor reside tu grandeza. Ama tu mundo raro, pues está lleno de detalles importantes que te hacen única, extraordinaria.

Se nos enseñó que la mayoría de personas es razonablemente cuerda y que unos pocos seres están condenados a la locura, aunque esto no es verdad. Tanto tú como yo hablamos cada día con ese raro personaje llamado comúnmente “la loca de la casa” y ve a saber con cuántos más. Tú y yo disfrutamos de plácidas e interminables charlas o monólogos donde aparentemente no hay testigos. Tú y yo gozamos de la compañía de por lo menos 5 sub personalidades en lo profundo de nuestra conciencia y cada una de ellas opina, habla, ríe, llora o canta, pero continuamos creyendo que eso es normal porque todo el mundo hace lo mismo y continuamos creyendo que gozamos de cordura ya que sólo en apariencia somos mayoría.

La diferencia entre una mujer “loca” sentada en el parque hablando en voz alta con sus demonios y nosotras es el sonido. Ella es escuchada por las personas que la observan y a nosotras no nos escucha nadie porque lo hacemos en silencio, todo el tiempo, una y otra vez, viajando en nuestra mente de un lugar a otro buscando recuerdos, nostalgias, encontrando palabras, miedos, cayendo en precipicios, alucinando. De hecho, si pudiéramos anotar todo lo que sucede en ese espacio lleno de ruido, nos reiríamos a carcajadas de la broma que es la vida cuando locamente intenta enseñarnos que los del problema son los otros mientras las voces gritan dentro de nuestra propia conciencia y jamás afuera.

Si te descubres como un ser humano diferente, si no logras encajar, es porque vas por el camino perfecto, es simplemente porque eres extraordinario. Entonces evita compararte con las demás personas y ama aquello que te hace diferente, no importa si es demasiado visible o si la sociedad le ha puesto un nombre o una etiqueta, no importa si por ello debes visitar un doctor o un hospital regularmente, no importa si aparentemente nada está funcionando por causa de esto. Y nada de esto importa si logras hacer que tu mente aproveche sus rarezas y excentricidades para mostrar los dones que antes de nacer te fueron dados y que se encuentran escondidos en las manos de tus miedos.

Si te comparas con alguien inconscientemente, perdona eso también. Di para tus adentros: «Por aquí tenía que pasar.» Y lo dejas ir sin resentirte contra ti.

Ama tus dolores, agradece lo que te ata, perdona lo que te asfixia. Vive, existe, camina por donde sea necesario y evita compararte. Aunque emprendas un viaje hacia el quinto infierno jamás estarás sin la luz de la divinidad. Da gracias en medio de las llamas. Usa el mundo que te dieron a favor y jamás en contra.

Pronuncia siempre las 4 palabras que curan (lo siento, perdóname, gracias, te amo) y déjate llevar. Entre sus espacios y en su eco encontrarás la razón por la cual estás aquí.

Este escrito está dedicado a todas las personas que se han sentido marginadas, estigmatizadas, relegadas, apartadas, solitarias, extrañas y diferentes que conforman mi mundo. Ellas son como yo, son parte de mí, ellas me hacen existir.

Gracias.

 Nosotras, las del Mundo Raro por Cristina Martin (La Princesa Inca).

Chabela, duérmete aquí a mi lado, déjame que te acune…

Déjame que te diga al oído lo que tú dices…

Que… vinimos nosotras, tantas, de un mundo raro…

Chabela… Y es preciso decir tantas mentiras…

Y si quieren saber de nuestro pasado es preciso decir otra mentira…

Diremos riendo que venimos de allí,

las dos, de un mundo raro…

Que no sabemos de amor,

Chabela, no conocimos dolor,

y que nunca, nunca, nunca hemos llorado.

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