La mala ortografía

Para vivir en paz es necesario aceptar que el mundo está lleno de diversidad y que por lo mismo, no todas las personas nacen con las mismas oportunidades y talentos, no todas encajan con nuestros propios conceptos de perfección y no todas las personas se encierran en lo establecido a la hora de expresarse. Con esto comprendemos que no estamos en este mundo para cambiarlo sino para liberarnos de nuestros conceptos limitantes respecto de él. Entonces concluyo que a veces, lo considerado correcto debe ser corregido, lo bueno debe ser borrado y lo perfecto ha de ser limpiado. Esto incluye a la ortografía, a la belleza, a la fealdad, a la riqueza, a la religión, a la pobreza, al amor humano, al dolor y a la compulsiva tentación de creer que tengo la razón.

Hay algo que nos acompaña como una sombra haciendo más rígida y complicada nuestra vida: se trata de la lucha por cambiar lo que creemos que está mal. Y en esta batalla no nos damos cuenta de que vamos en contra de lo que está adentro, en contra de algo en lo cual no hay ganadores, ni quien tenga la razón, sólo se trata de ese viejo hábito de calificar lo que percibimos.

Cuando lo que miramos no encaja con la grabación que ha sido instalada en nuestra mente, hay una señal de alerta de la misma forma que sucede con un computador: Error!!! Error!!! Error!!! Y de inmediato se crea un conflicto que va a generar incomodidad en quien observa. Y es por esto que quien observa debe iniciar un proceso limpiador. Esto aplica por ejemplo cuando ves una palabra que se escribió de manera contraria a como figura en tu banco de datos, lo que ocasiona que de inmediato pienses: está mal… E incluso te ofendas, porque hay personas que se ofenden con las palabras escritas de manera incorrecta. Pero ¿incorrecta para quién? ¿Quién afirma que está mal? Pues la grabación que llevas contigo a todos lados. Lo que significa que una memoria o recuerdo que proviene desde años atrás te está haciendo creer que eres una mejor persona por escribir como manda la Real Academia de la Lengua Española. Sin embargo, aclaro. No eres exactamente tú. Es un programa que traes contigo.

Las personas que no toleran la ortografía incorrecta pueden perderse de valiosas enseñanzas, únicamente porque las palabras no vienen escritas como lo grabaron en su mente. Y esto refleja más, mucho más de sus procesos de pensamiento. Quizás no sólo se pierdan de valiosas enseñanzas por cuestión de la ortografía, sino de muchas otras cosas que no son como las imaginaron.

Lo que he aprendido viviendo, es que aquellas personas que creen tener mala ortografía consideran siempre, una variedad de opciones y saben que aparte de ese “boy a la plasa mas sercana” hay otras formas de escribir. Que cada imperfección trae un regalo consigo. Saben que no son los mejores y esto, en su mundo, les abre puertas. En cambio, las personas que son rígidas en cuanto a la correcta ortografía, tienen menos alternativas. Para ellas, la mayoría de las circunstancias de la vida es de una sola manera y punto final.

Aprendes esto cuando recibes muchas cartas con «mala» ortografía pero cargadas de sabiduría. Y cartas perfectamente escritas, que no transmiten mucho.

A veces, nuestra rigidez hace que olvidemos lo que es verdaderamente importante.

Con esto no quiero decirte que escribas de modo incorrecto o diferente al que te enseñaron. No. Yo sólo te invito a que seas feliz con tu manera de escribir, sea como sea. A que no te pierdas de un valioso mensaje por fijarte en su forma. Que no te pierdas de un regalo que viene envuelto de manera inesperada, en una envoltura que no es tan bella. Esto incluye a tu ser humano ideal, incluye el hecho de respirar conscientemente como la mejor medicina del alma, incluye la aceptación de tu cuerpo físico e incluye a las oportunidades que flotan a tu alrededor pero que no puedes ver porque tal vez te falta flexibilidad y apertura para aceptar algo que se te enseñó que es inaceptable.

Sé que detrás de cada persona que escribe de un modo diferente al que nos enseñaron hay toda una cantidad de vivencias que le impulsaron a ser como es. No tiene la culpa. Y tampoco la persona rígida. Sin embargo la primera se ve enfrentada a todo tipo de ofensas por quienes creen tener la razón. Por eso esta entrada. Escribiéndola me di cuenta que de un modo u otro todos lastimamos. Y quizás sea un herror escribir de modo diferente, pero es un orror llegar a ser crueles intentando corregirlo.

Darte a entender es fundamental, lo sé. Exponer tus ideas de manera clara es lo ideal, lo sé. Pero no te hablo de probabilidades, te hablo de lo que ya fue, de lo que viste escrito y no te pareció, de lo que es.

La paz interior está totalmente desposeída de etiquetas y sin embargo pretendemos llegar a ella con un gran bolso a la espalda lleno de ideas de lo que se debe o no se debe hacer, sin saber que este exceso de equipaje de un modo u otro nos causará dolor.

Por las memorias que compartimos, que son una oportunidad de cambio, te hamo.

Grasias por leherme.

 

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