Nada es personal

El tema principal de esta entrada es la película, “La sonrisa de Monalisa” con Julia Roberts, la cual en varias de sus escenas describe cómo nos relacionamos los seres humanos entre nosotros, y si la analizas más a fondo, también te darás cuenta de que llegamos a este mundo una vez más, para aprender a relacionarnos con los demás seres. A ver si al fin lo logramos.

Esta película describe la manera de pensar de una profesora de arte antiguo, que influye sobre sus alumnas al estimularlas para que no se conformen con ser esposas y amas de casa, sino que también se superen a nivel profesional. Esto genera mucha controversia, en una época en la cual a la mujer no se le permitía estudiar. Pero lo que me llamó la atención fue un mensaje en una de las escenas, donde una de las estudiantes, casada y también frustrada porque su matrimonio no iba bien, intenta ofender a una compañera de clase, echándole en cara y gritándole que es una prostituta y que los hombres sólo la usan para después dejarla tirada. El asunto es que al gritarla lo hace con tanto sentimiento, con tanto odio, que la otra chica no se ofende sino que la abraza comprendiendo que no le grita a ella, se grita a sí misma.

La estudiante que lanzó la ofensa, no se puede resistir al abrazo y llora en el hombro de su compañera de clase a la que no pudo ofender y le dice: mi esposo ya no me quiere.

Este es un ejemplo que ilustra a la perfección la frase: nada es personal. Que también forma parte de uno de los 4 acuerdos del libro de Miguel Ruiz.

Siempre que alguien intenta ofenderte (y digo intenta, porque como decía mi papá: «A uno no lo ofende quien quiere, sino a quien uno le da permiso.»), no te está mirando a ti, inconscientemente te habla de sí mismo, de lo que lleva adentro, de su propia tragedia, de su carga, de su sombra. Y del mismo modo, siempre que tú intentas ofender a alguien, inconscientemente estás viendo adentro tuyo para expulsar de esa forma tu frustración. Así, luchando contra nuestros propios demonios, hemos sobrevivido los humanos durante miles de años, por supuesto, creando guerras entre nosotros, creando separación y muerte.

También está el hecho de que atraemos la misma frecuencia de enojo que inconscientemente emitimos, y cuando la vemos venir reaccionamos ante ella porque un programa en nuestra memoria impide que podamos comprender que no es contra nosotros exactamente, que nada es personal.

Actuar con la conciencia de que nada es personal no es fácil, pero poco a poco podemos desprendernos de la energía atascada que dejaron enojos, rencores, resentimientos y odios, para observar con agrado que las situaciones donde parece que somos ofendidos disminuyen hasta borrarse, y así mismo las situaciones donde ofendemos, hasta desvanecerse.

Si en alguna ocasión reaccionaste de forma desagradable para ti o para alguien más, perdónate y sigue adelante. Si las personas que te rodean no son lo que tú quisieras, si son irrespetuosas, irreverentes, irresponsables e ilógicas, perdónate por necesitar de esa experiencia y continúa caminando.

Me perdono completamente, es lo que suelo sentir, más que decir.

Gracias por leerme.

Arte: Mary Leslie

 

*Sitio web administrado desde el 28 de octubre del 2019 por Sofía Córdova compañera de vida de Vivi Cervera