Celebrando en Acción de Gracias

Una de las características que más admiro de Estados Unidos y de Canadá es la celebración de la gratitud a través del día de acción de gracias. Esta celebración popular me lleva a pensar que en esos países la mayoría de sus habitantes tiene una manera de ver la vida que permite que sus gobiernos a través del tiempo hayan considerado al día de gracias como una fecha más memorable que la misma navidad.

Las personas de América Latina estamos adoptando a la gratitud como sistema de vida, estamos entrando en otra etapa, estamos descubriéndonos por medio de la palabra gracias. Y esto es maravilloso. La gratitud es otra manera de orar.

Una de las maneras más hermosas de superar los retos de la vida se encuentra en el hecho de agradecer lo que se tiene o de lo que se carece, lo que se perdió y lo que se ganó, lo que se puede dejar marchar o lo que se quiere retener. Gratitud porque al decir de Facundo Cabral, la vida es como es y no como tiene que ser; gratitud porque no veo la salida o porque llegué pronto a ella; gratitud por los momentos difíciles, por las angustias, por los placeres, por los sueños rotos, por las relaciones que marcan el alma. Gratitud porque podemos, o porque definitivamente no se pudo. Gratitud por los colores grises, los tonos claros, los amarillos, los azules, los más alegres, los más oscuros y hasta los más tristes que se perciben de la vida.

Gracias por los que estamos, por los que se fueron, por los que llegaron, por los que no quieren venir, por los que vendrán. Gracias por que no entiendo, porque no sé, porque no creo, porque no siento, porque no pido, porque no rezo, porque no lloro, porque debo mucho dinero, porque nada tengo. Gracias por lo poco o lo mucho que sé, porque creo, porque siento, porque lloro siempre, por mis riquezas, gracias porque aún no descubro mi infinitud.

Si el día de hoy no es tu deseo agradecerle nada a tu cuerpo, agradécete por ello y celebra los triunfos de tu equipo de fútbol, el ascenso en la empresa, el automóvil de segunda que compraste, el algodón de azúcar que te comiste en el parque, los calcetines nuevos, las manzanas del postre, tu cama, el reencuentro con alguien, ese viaje inesperado, tu respiración, el agua, la ropa que te viste, la música que amas, la tierra que pisas, el aire con el que te re creas, el fuego de tus emociones más intensas; gracias por las palabras que curan.

Gracias por leerme.

 

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